Una institución pública asumía la gestión de un espacio patrimonial emblemático. Se trataba de tomar decisiones estratégicas sobre su uso futuro, pero las reuniones entre personas expertas estaban estancadas. Había exceso de información, puntos de vista divergentes y falta de visión compartida. El proceso de toma de decisiones se encontraba bloqueado.

Intervención
Fui invitada a facilitar un proceso de clarificación y construcción de visión común a través de la cartografía de ideas. El objetivo era desbloquear el proceso, ordenar el conocimiento existente y generar escenarios posibles de uso, integrando todas las perspectivas.

Metodología aplicada
Fase 1: Mapeo del conocimiento y del contexto
- Inventario visual de lo que se sabe y lo que no, de las relaciones y tensiones.
- Síntesis de los elementos clave: historia, actores, conflictos, oportunidades, costes, contexto y sentido.
Fase 2: Construcción de una visión compartida y escenarios de futuro
- Redibujado de un mapa de contexto enriquecido para visualizar temas clave y preguntas emergentes.
- Dibujo esquemático del espacio para facilitar la imaginación y la comparación.
- Debate y representación de 9 escenarios de uso con sus ventajas, inconvenientes, tipos de usuarios y combinaciones posibles entre espacios interiores, exteriores y edificaciones anexas.
- Identificación de tres ejes clave de decisión: rentabilidad, liderazgo institucional e implicación política.
Fase 3: Narrativa estratégica
- Creación de una narrativa estructurada para sustentar una propuesta pública ambiciosa.
- Presentación del proceso y conclusiones ante la dirección.
- Facilitación de una conversación orientada a la toma de decisiones conscientes.
Resultados
La intervención permitió desbloquear un proceso que llevaba meses sin avanzar. Gracias a la visualización colectiva y a la facilitación estratégica, se generaron resultados tangibles y útiles para la toma de decisiones:
- Clarificación compartida del contexto: la información se transformó en una representación visual comprensible y compartida.
- Identificación de temas clave y tensiones estructurales: el proceso permitió detectar lo implícito pero no formulado (conflictos de gobernanza, ambigüedades estratégicas, condicionantes políticos).
- Síntesis de la complejidad en 9 escenarios posibles: cada uno con usos, públicos implicados, nivel de apertura, rentabilidad y ventajas e inconvenientes.
- Construcción de una narrativa estratégica: clara, argumentada y capaz de sostener una conversación institucional sólida.
- Generación de nuevas preguntas y hoja de ruta: la intervención no cerró el proceso, lo reactivó con nuevas perspectivas.
- Empoderamiento del equipo decisor: los mapas, la narrativa y el diálogo final ofrecieron una base sólida para avanzar con claridad y criterio.